El autosabotaje, la mayoría de las veces, ocurre de manera inconsciente; ni siquiera nos damos cuenta de que nos estamos autosaboteando, lo cual es aún peor, ya que no detenemos esta acción tan perjudicial.
Sin embargo, siempre podemos identificar algunos signos que pueden ayudar a combatir este mal hábito y evitar que nos perjudique.
Nos autosaboteamos a menudo porque creemos que no merecemos algo mejor o que somos incapaces. Estas creencias ya están arraigadas en tu subconsciente, por lo que tu cerebro intentará que sigas esa creencia, de modo que se vuelva real y realmente creas en ella.
Es algo bastante complejo, teniendo en cuenta que no lo haces de manera consciente, pero reconocer las ocasiones en las que te saboteas ya te ayudará a superar este efecto.
Presta atención a las señales y siempre cuestiona si no estás evitando alguna situación por miedo a que no funcione, a cometer errores o porque no te sientes capaz y merecedor/a.
Estos son algunos pensamientos que suelen rondar la mente de quienes viven saboteándose a sí mismos. Mira si reconoces alguno de ellos:
1. Creo que no soy lo suficientemente buena.
2. Evito conversaciones difíciles.
3. Dejo todo para después.
4. Permanezco en relaciones perjudiciales.
5. Creo que todo es más difícil para mí.
6. Pongo las necesidades de otras personas por delante de las mías.
7. Siempre creo que «mi manera» es mejor.
8. Vivo esperando lo peor y estoy constantemente en estado de alerta.
Si identificas alguno de estos pensamientos, es casi seguro que te estás autosaboteando.
Reflexiona bien siempre que aparezcan en tu mente y trata de hacer exactamente lo contrario a lo que tu mente está pidiendo.