Ya debes haber sentido esa pereza de realizar una tarea importante y la has pospuesto para otro día, ¿quién no lo ha hecho, verdad?
Todo el mundo conoce ese mal hábito llamado procrastinación, que no es más que dejar de hacer lo que debe hacerse para después, lo que solo perjudica tu productividad y rendimiento.
Bueno, ¿pero qué nos lleva a procrastinar en la vida cotidiana? Las razones son numerosas, entre ellas están:
– Falta de interés en la tarea.
– Falta de organización.
– Creer que no eres capaz de realizar esa tarea.
– Pereza.
– No tener prioridades.
– Creer que tendrás más tiempo después.
– No dar la debida importancia a tus tareas.
– Distraerse con las redes sociales.
Son muchas las razones, y la mayoría son inventadas por nosotras mismas. Es muy fácil perder el enfoque y dejarlo para después.
Pero hay varias técnicas y consejos que pueden ayudarte a vencer la procrastinación. Una de ellas es identificar los momentos en los que te distraes más fácilmente, cuáles son los desencadenantes que te llevan a posponer una tarea.
Por ejemplo, después de un día de trabajo, llegas a casa y necesitas ordenar tu armario, pero en lugar de eso, prefieres sentarte un rato en el sofá y ver televisión, y así se van horas frente al televisor. Luego te dices a ti mismo «mañana lo ordeno».
Y así, vas aplazando las tareas y no haciendo nada, lo que te deja frustrado y con muchas cosas acumuladas por hacer.
Venciendo la procrastinación
A continuación, he separado algunos consejos que te ayudarán a acabar con ese mal hábito.
1- Haz una lista de todas tus pendientes del día.
2- Organízate estableciendo plazos y horarios para la ejecución de las tareas.
3- Date una recompensa después de cumplir las metas de tu lista diaria.
4- Elimina las distracciones, evita usar las redes sociales antes de comenzar cualquier actividad, así no perderás tiempo ni concentración.
5- Utiliza el método Pomodoro, que te proporciona pequeños intervalos para descansar y la actividad no resulta tan agotadora.
6- Si puedes hacerlo ahora, hazlo inmediatamente, no lo pienses.
7- Si es posible, delega las tareas que no necesitas hacer tú a otra persona.
Espero que te haya gustado y no lo dejes para mañana, ¡hasta la próxima publicación!