Si eres del tipo de persona que siempre deja las cosas para el último momento, olvida dónde guardó documentos y siempre se retrasa a la hora de entregar un trabajo escolar o de trabajo, necesitas revisar tus hábitos y hacer algunos cambios para dejar de ser desorganizada.
Ser una persona organizada es muy importante en diversas áreas de la vida, como profesional, académica e incluso en casa, y esto es un punto muy positivo para las empresas que pueden verlo como un diferencial en el empleado.
Primero, te muestro algunas características de una persona desorganizada y verifica si te identificas con una o más de ellas:
– No usa agenda.
– No tiene noción del tiempo.
– Pierde compromisos o llega tarde.
– Se estresa.
– Siempre llega tarde.
– Siempre da excusas.
– El retrabajo es constante.
– Siempre pospone las tareas.
– No organiza su espacio de trabajo.
Ahora que has visto las características de una persona desorganizada, ¿te reconoces en alguna de estas situaciones? Si es así, sigue leyendo y descubre los consejos que puedes comenzar a aplicar en tu rutina para mejorar tu organización personal.
Para ser organizado, necesitas desarrollar tres características básicas, que son:
Disciplina: Capacidad de mantenerse enfocado en una tarea importante para alcanzar una meta sin perder la motivación.
Voluntad: Es la capacidad a través de la cual tomamos una posición frente a lo que se nos presenta.
Planeamiento: Conjunto de acciones realizadas de forma ordenada para hacer realidad un objetivo o meta futuros.
Sin estas tres características, será difícil mantenerse organizado, y para desarrollarlas se necesita mucha dedicación y persistencia. Debes convertir la organización en un hábito, por lo tanto, adquiere los siguientes hábitos:
1- Haz listas de todo lo que quieras hacer en los próximos meses.
2- Analiza tu lista y separa aquellas que tendrán el mayor impacto en tu vida si se completan.
3- Separa las tareas urgentes de las importantes. Las urgentes son aquellas que no puedes posponer de ninguna manera, por lo tanto, hazlas primero.
4- Organiza tu escritorio siempre que termines tus tareas.
5- Ten una agenda, anota todos tus compromisos con fecha y hora, así como tus trabajos con plazos de entrega.
6- Establece horarios para realizar determinadas tareas, como estudiar, por ejemplo.