A veces hablamos tantas palabras negativas que no nos damos cuenta de lo perjudicial que puede ser en nuestras vidas.
Consideramos normal decir ciertas cosas porque creemos que realmente son un reflejo de nuestra vida y que no tendrán ningún efecto sobre nosotros.
Aceptamos lo que decimos como verdad, convirtiéndonos en prisioneros de nuestros pensamientos y palabras.
¿Cuántas veces has dicho «no puedo», «no sé», «no tengo», «no soy capaz» o «no voy a poder», entre muchas otras expresiones negativas sobre ti mismo? ¿A menudo, verdad?
Incluso yo misma, a veces me etiqueto negativamente antes de intentar algo. Algunas experiencias negativas a lo largo de la vida pueden haber condicionado nuestra mente a pensar de esta manera, y esto se refleja en nuestras acciones y palabras.
Cuando decimos cosas como «NO puedo», terminamos tomando eso como una verdad absoluta, porque si crees que no puedes, entonces de hecho no podrás, como dijo Henry Ford: «Si piensas que puedes o piensas que no puedes, de cualquier manera, estás en lo correcto”.
Y esto también aplica cuando hacemos críticas negativas hacia otras personas, así que piensa bien antes de decir algo a alguien, porque sabemos lo que decimos pero no sabemos lo que el otro escucha.
La palabra tiene el poder tanto de ayudar como de destruir a alguien, por eso somos responsables de lo que decimos.
Cómo ser más positivo:
– Busca hacer afirmaciones positivas basadas en tus creencias limitantes. Por ejemplo, reemplaza «no podré hacerlo» por «puedo hacerlo, porque tengo la capacidad de hacer lo que quiera».
«Las afirmaciones son una de las herramientas más eficientes para convertirte rápidamente en la persona que necesitas ser para lograr todo lo que deseas en la vida.»
– Cuando te encuentres pensando negativamente acerca de ti misma, cámbialo inmediatamente por un pensamiento positivo; no permitas que lo negativo arraigue.
– Si algo no sale como esperabas, intenta ver el lado positivo; si salió mal, al menos aprenderás una lección y sabrás qué no hacer la próxima vez.
– Ten cuidado con lo que dices, ya sea contigo misma o con los demás; siempre pregúntate cómo te sentirías al escuchar lo que quieres decir.
– Sé amable contigo misma. Evita criticarte a ti misma y a los demás, ya que esto nos hace personas amargas.
– Cuando estés en un momento de intensa emoción como la ira, evita discutir.
– Evita a las personas negativas, conocidas como «personas tóxicas». Las investigaciones muestran que nos convertimos en el promedio de las cinco personas con las que pasamos más tiempo. Si te rodeas de personas negativas, pesimistas, que les gusta quejarse por todo, es probable que te conviertas en algo similar.
Conclusión: Todo lo que decimos es un reflejo de lo que pensamos en nuestro subconsciente y puede tener consecuencias, ya sean buenas o malas, dependiendo de lo que digamos.
Por lo tanto, procura siempre tener palabras de cariño y empatía, tanto contigo misma como con los demás.
Déjame preguntarte, ¿eres cuidadosa con lo que dices?